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lunes, 25 de octubre de 2010

Vida sin Fin...alidad

Conciencia, consciencia, y voluntad (creemos que libre) son algunos de los términos que se otorgan a principios en los que se basa la mente humana y por consiguiente todo lo que el hombre es. Intentamos adaptar la realidad que nos rodea en términos expresables a partir de estas bases inherentes a nuestra forma de pensamiento. Así es que, con mucha frecuencia, nos olvidamos de que esos aspectos son exclusivos “dones” de la especie humana y de que fuera de nuestro cerebro no existen tal y como las concebimos nosotros.

Un hombre come para no morirse de hambre, sin embargo, un perro no come para no morirse de hambre, sino que no se muere de hambre porque come. Es muy frecuente, incluso entre la comunidad científica (y confieso que yo en ocasiones conscientemente lo hago), adjudicar a lo vivo una voluntad, un fin. Pues bien, eso no es así, la vida carece de cualquier rasgo teleológico.

Los seres vivos no desarrollaron un sistema inmune para defenderse, sino que pudieron defenderse porque desarrollaron un sistema inmune. Los dinosaurios (aves) no desarrollaron plumas para poder volar, pudieron volar porque desarrollaron plumas. El hombre (homínido) no adoptó el bipedismo para obtener una serie de ventajas, obtuvo una serie de ventajas porque adoptó el bipedismo. Las especies no se reproducen para perpetuarse a lo largo del tiempo y el espacio, las especies se perpetúan en el tiempo y en el espacio porque se reproducen. El páncreas no segrega insulina para controlar la concentración de glucosa en sangre, la glucosa en sangre se controla porque el páncreas segrega insulina. Y así se podría seguir indefinidamente.

¿Por qué hacemos esto? Porque no somos conscientes de que la voluntad no existe más que en nuestra cabeza, y así deformamos la realidad para entenderla mejor o incluso para consolarnos y ocultarnos cuál es el verdadero modelador o “alfarero” de la vida: el azar.

A aquellos arraigados o un tanto indiferentes que se resisten a corregir su forma de pensar (o al menos de hablar) y prefieren continuar diciendo que la sangre tiene glóbulos rojos para transportar oxígeno en vez de decir que por la sangre se transporta oxígeno gracias a la existencia de los glóbulos rojos, les insto a que hagan ejercicio de reflexión y se darán cuenta de su error. Les pido revisen sus conocimientos acerca de las ciencias de la evolución, cómo una recombinación o mutación aleatoria en una célula originó una capacidad beneficiosa nueva que, al conferir ventaja sobre las que no la tenían, desembocó en el prevalecimiento de estas células y por tanto en la universalidad y consolidación de esta estructura o capacidad. No fue la célula la que pensó (como muchos sugieren por su forma de hablar): “voy a desarrollar esta capacidad PARA conseguir una ventaja porque me va a ir mucho mejor”. La vida funciona con el “porque”, no con el “para”.

Para terminar me gustaría dejarles reflexionando sobre nuestro caso especial y privilegiado: ¿escribo estas líneas para que ustedes las lean o ustedes las leen porque yo las he escrito? Parece que la teleología es, como tantas otras cosas, una realidad ideada por el hombre y, como tantas otras cosas, cuestión del tamaño (en este caso, del cerebro).

2 comentarios:

  1. Me parece muy jugoso el tema que has tratado aquí, porque es bien cierto que en numerosas ocasiones inventamos realidades para sentirnos mejor, para no sentirnos títeres del destino y, en este caso, para tratar de explicar que las reacciones, procesos o cambios que suceden en el cuerpo humano no han surgido fruto del azar. En vano, pues a lo largo de la evolución ha quedado claro que es así.

    Sin embargo, no dejo de escuchar a la mayoría de la gente, e incluso a profesionales del área biosanitaria, expresarse en términos del "para...", como si nuestro organismo, de manera inteligente, hubiese adoptado determinadas estructuras con el fin de mejorar su funcionamiento.

    Así que, ahora la pregunta es: ¿sería el Ser Humano capaz de sentirse verdaderamente satisfecho a lo largo de su vida si todo lo concibiese desde un punto de vista tan científico como escéptico? Ya desde la Grecia Antigua, los humanos han tratado de explicar el POR QUÉ de su existencia, y yo creo que ésa es la razón por la que se le intenta otorgar la voluntad, entre otras facultades, a algo tan simple como, por poner un ejemplo, una célula. Sé que esto trasciende el tema del post, pero me ha parecido interesante comentarlo porque en mi opinión, ésta es la clave para explicar el hecho de que muchas personas se expresen en esos términos "incorrectos". De manera inconsciente, atribuimos esas cualidades a algo externo a nosotros porque necesitamos hacerlo, porque, si no lo hiciésemos, muchos se sentirían completamente vacíos.

    Pero dejando a un lado las filosofías, realmente me parece un gran asunto para reflexionar. Seguiré por aquí, enhorabuena por el blog.

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  2. En primer lugar, me gustaría agradecerte el que te hayas tomado el tiempo necesario para dejar un comentario tan completo.
    En segundo lugar, no puedo más que darte toda la razón, creo que el ser humano tiene "miedo" de lo banal que es su existencia (y en realidad no sólo la suya, sino la existencia en su conjunto), de ahí que necesite fabricarse esta realidad alternativa en la que todo tiene un orden y una finalidad, donde se siente mucho más seguro.
    Un cordial saludo.

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